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Carlos María de los Dolores de Borbón y Austria Este
Biografía
Borbón y Austria Este, Carlos María de los Dolores de. Duque de Madrid. Liubliana (antes Laibach, Eslovenia), 30.III.1848 – Varese (Italia), 18.VII.1909. Infante de España y pretendiente carlista a la Corona de España.
Hijo primogénito del pretendiente carlista Juan (III) y de la archiduquesa María Beatriz de Austria- Este, nació en la actual ciudad de Liubliana, entonces Laibach, en la provincia de Carniola del Imperio Austro-Húngaro, el 30 de marzo de 1848, siendo su abuelo don Carlos (V), el entonces pretendiente a la Corona de España.
A causa de las desavenencias matrimoniales entre sus padres, que concluyeron en una separación pactada en 1853, fue educado en la piadosa y conservadora Corte de su tío el duque Francisco V de Módena, entrando en el Ejército modenés. Sargento el 30 de marzo de 1855, desde 1856 fue subteniente de Artillería, para pasar a ser teniente en 1859. Hacia 1850 recibió la Orden del Toisón de Oro de su tío, el nuevo pretendiente carlista don Carlos (VI), que también colaboró en su educación al igual que su abuela materna, la princesa de Beira, segunda esposa del pretendiente Carlos (V) y alma del movimiento carlista desde el fallecimiento de éste.
El 11 de diciembre de 1866 fue declarado mayor de edad por decreto del emperador Francisco José de Austria, cuya Corte apoyaba las pretensiones carlistas al trono de España dando soporte político y financiero a aquellos príncipes exiliados. Tras el fallecimiento, en 1861, de su tío don Carlos (VI), los derechos de la dinastía carlista recayeron en su padre Juan (III), quien desde fechas tempranas coqueteó abiertamente con los liberales mostrándose dispuesto a reconocer los derechos de la reina efectiva de España, Isabel II. Las veleidades de don Juan en aquellos años llevaron a una cierta deriva a la causa carlista, debido a las cambiantes y contradictorias proclamas que el pretendiente hacía públicas desde su residencia de Londres. Finalmente, el nuevo pretendiente, de talante y afinidades liberales, reconoció los legítimos derechos de doña Isabel por sucesivos documentos de 1862, 1863 y 1864. Como consecuencia de ello, la princesa de Beira y los adalides del carlismo establecieron un consejo carlista que juzgó oportuno apartar al pretendiente de la causa. Se consideró entonces que, habiendo perdido éste toda legitimidad de ejercicio, era necesario proclamar como nuevo rey de derecho a su hijo, don Carlos, en quien don Juan abdicó sus derechos a la Corona por documento firmado en París el 3 de octubre de 1868. Desde esa fecha don Carlos se hizo cargo del carlismo como rey Carlos (VII), decidiendo utilizar el título de duque de Madrid.
Un año antes, el 3 de febrero de 1867, el nuevo pretendiente había contraído matrimonio por contrato, en el castillo de Froshdorf, en Gorizia, seguido de una ceremonia religiosa celebrada al día siguiente, con la princesa Margarita de Parma, hija del duque Carlos III de Parma. Siendo su esposa sobrina carnal del conde de Chambord, último pretendiente a la Corona francesa de la rama mayor de la Casa Real de Francia, durante años don Carlos compartió vida y credo con este príncipe francés exiliado, que hasta su muerte fue adalid de los principios propios de la Monarquía del Antiguo Régimen, principios afines a los de los príncipes de la rama carlista, que don Carlos supo incorporar en su persona y defender durante toda su vida. Ya convertido en nuevo pretendiente de la causa, don Carlos se estableció en París, donde en 1868 mantuvo un encuentro con su tía la reina Isabel II, que acababa de ser expulsada de España por la revolución de aquel mismo año. Desde entonces, concentró todos sus esfuerzos en reorganizar el Partido Carlista y en defender sus intereses, tanto dentro como fuera de España, protestando contra la subida al trono español del rey Amadeo I, hecho que dio lugar al comienzo de la Tercera Guerra Carlista en 1872.
El 2 de mayo de aquel año don Carlos entró en territorio español al mando de sus tropas, para poco después regresar a Francia y una vez más volver a España. De nuevo en España, el 16 de julio de 1873 instaló su Corte en la ciudad navarra de Estella, con gobierno, administración y territorio propio, apoyado por su hermano el infante Alfonso Carlos, sus cuñados el duque Roberto de Parma y el conde de Bardi, y su primo el conde de Caserta, hermano del último rey de las Dos Sicilias. El 3 de julio de 1875 juró los Fueros Vizcaínos en Guernica y fue proclamado señor de Vizcaya. Durante aquellos años de guerra y presencia en territorio español, creó varias condecoraciones como la Cruz de Hierro, la Medalla de Vizcaya y la Orden Real de Carlos VII, dedicándose su esposa a notables acciones asistenciales y caritativas que le granjearon una enorme popularidad, hecho por el cual las jóvenes carlistas pasarían a denominarse “margaritas”. Pero la Corte de Estella y el auge del carlismo fueron efímeros. Poco después, en febrero de 1876, con Alfonso XII ya restaurado en el trono español, el pretendiente se vio obligado a retirarse una vez más a Francia, dándose por concluida la guerra. Ya en territorio galo, por manifiesto del 1 de marzo de 1876, declaró conservar intactos sus derechos al trono español. Desde entonces, y a pesar del creciente declive del carlismo, no cesó de promover la causa a través de sus delegados dentro y fuera de España. En diciembre de 1876 viajó a la Rusia de Alejandro II y poco después el príncipe soberano de Bulgaria le condecoró con la Cruz del Valor Militar. El 15 de julio de 1881, el Gobierno francés, inquieto por sus actividades, le hizo llegar un decreto de expulsión, a resultas del cual se estableció de forma definitiva en su palacio de Loredan, en el gran canal de Venecia. En 1885 viajó a la India y Egipto y, a su regreso a Venecia, alzó una nueva protesta contra el Gobierno español por un manifiesto firmado en la ciudad suiza de Lucerna el 20 de mayo de 1886. Unos meses más tarde, en febrero de 1887 viajó a Centro y Sudamérica, visitando Jamaica, Perú, Chile, Argentina, y Uruguay. Poco después, tras el fallecimiento de su padre, el 17 de noviembre de ese año, reivindicó sus derechos a la Corona de Francia, como jefe de la línea mayor de la familia Borbón, con el nombre de Carlos (XI), protestando contra las pretensiones del conde de París, jefe de la casa de Orleans, para lo cual contó con el apoyo de los legitimistas franceses. A ello siguió una proclamación por parte de una delegación francesa, que tuvo lugar en el palacio de Loredan el 14 de diciembre de 1887.
Tras años de separación más o menos oficial de su esposa, la princesa Margarita de Parma, ésta se había retirado a su propiedad familiar, la Tenuta Reale, en la localidad italiana de Viareggio, donde falleció el 29 de enero de 1893. Del matrimonio quedaron cinco hijos, los infantes Blanca, Jaime, Elvira, María Beatriz y María Alicia. Poco después, el 28 de abril de 1894, Carlos contrajo segundas nupcias, celebradas en la capilla privada del cardenal primado de Bohemia, en Praga, con la princesa francesa María Berta de Rohan, nacida en Teplitz el 21 de mayo de 1860. Este segundo matrimonio, fuertemente criticado tanto desde las filas del propio carlismo como desde las del legitimismo francés, por ser considerado de rango desigual, tampoco gustó a los hijos del pretendiente, que siempre mantuvieron una relación más que difícil con su madrastra. Todo ello no fue ajeno al difícil carácter de María Berta, una mujer ambiciosa que en los años siguientes habría de manejar en muchos aspectos a su esposo, generando no pocos conflictos políticos y familiares en la causa carlista. Comenzó entonces un lento declinar de don Carlos y del carlismo, con el pretendiente establecido de forma más o menos permanente en su palacio veneciano, mientras desde España la fuerte influencia de la Reina Regente, María Cristina, minaba su otrora buena posición en la Corte de Viena.
El 6 de enero de 1897 publicó un testamento político en la ciudad de Varese, por el cual mantenía sus derechos a las Coronas de España y Francia, y todavía el 12 de marzo de 1906 protestó contra la separación entre Iglesia y Estado en Francia. Malquistado con varios de sus hijos y víctima de algunos severos conflictos familiares generados por su esposa, la muy conflictiva María Berta, don Carlos falleció en el Hotel Excelsior, en la ciudad italiana de Varese, el 18 de julio de 1909. Sus restos fueron enterrados en la capilla de San Carlos Borromeo de la catedral de San Justo, en Trieste, pasando la sucesión a su hijo don Jaime, quien también heredó el grueso de sus cuantiosos bienes, entre los que se encontraba el castillo de Froshdorf, herencia del conde de Chambord. Su viuda, acusada por algunos de paranoica y de mentirosa compulsiva, heredó el palacio de Loredan, que luego vendió junto con numerosas colecciones y archivos carlistas, y vivió sus últimos años pobre y oscuramente en Viena, donde falleció el 12 de enero de 1945.
Fuente: dbe.rah.es/biografias/8884/carlos-maria-de-los-dolores-de-borbon-y-austria-este
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